My name is Max. My
world is reduced to a single instinct: Survive. As the world fell it was hard
to know who was more crazy. Me... Or everyone else.
Recientemente estrenaron Mad Max Fury Road, cuarta entrega de la
serie de Mad Max de George Miller la cual tuvo su mayor impacto en la década de
los 80s y marcó una generación, dio paso a nuevas historias y prácticamente
creó el género de guerreros postapocalíptico.
Max Rockatansky, el protagonista
de la saga, conocido simplemente como Max, era un policía en un tiempo en el
que los pandilleros asediaban a la comunidad. Le mataron a su esposa e hijo y
Max buscó venganza perdiendo su alma y su humanidad en el camino.
Max principalmente es un
antihéroe que no se diferencia mucho de los villanos, lo que le queda de humano
es que siempre salva gente—lo busque o no—, siempre hay alguien por quien se
sacrifica y busca su salvación.
Ahora, después de tres décadas,
George Miller regresa una vez más con el personaje y nos llena la pantalla de
guerreros de la carretera como sólo él sabe hacerlo.
Y es que no sólo se trata de
acción, la cual Mad Max Fury Road
tiene a grandes dosis, sino que nos muestra a un Max más evolucionado, o
involucionado, como mejor quede. Si en la segunda parte se mencionaba que Max
ya no era un hombre, sino la sombra de un hombre, para la cuarta parte Max está
más trastornado, más acabado y derrotado. Tiene alucinaciones, a veces no
distingue entre la realidad y las visiones y carga con un dolor más fuerte que
en las anteriores. Ahora ya ni siquiera es la sombra de un hombre, es quizá la
sombra de una sombra que pensó que era un hombre. Y aún así es maravilloso.
Y es que Max, como personaje, es
querible y una de las razones no sólo es por lo que ya mencioné—que aún tiene
alma para sacrificarse por los demás—, sino que es vulnerable. Lo cual es muy
importante: es un personaje atrapable, torturable, matable. Uno como espectador
aprende a quererlo y teme por él. No es como otros personajes del cine los
cuales sabemos que nunca les pasará nada, que tienen todas las habilidades en
el arte de la pelea y que ni siquiera se ensucian la ropa. No, aquí, no sabemos
en qué momento le pasará algo malo. Incluso George Miller puede matarlo si se
le ocurre y eso lo hace grande.
Por otro lado, Mad Max Fury Road, cumple lo que
promete. Hay persecuciones y escenas de automóviles tan fascinantes como
espectaculares. Si en Mad Max The Road
Warrior mostró persecuciones y coreografía de auto asombrosas, aquí se
superó a sí mismo aumentando la dosis y no decepcionó. Los villanos fanáticos que
están dispuestos a morir con la sonrisa en la boca porque serán recibidos en el
cielo vikingo, el Valhalla, con toda la pompa; los cual los hace más peligrosos,
llegan al mismo impacto que nos dio Wez (Vernon Wells) en la segunda entrega—el
villano del corte mohicano y pantalones de cuero con las nalgas peladas—. Y el
villano principal, Immortan Joe, malformado por residuos nucleares se ve sorprendente.
Un gran diseño de arte con excelente caracterización. Algo a mencionar es que Immortan
Joe bien podría ser Toecutter—el villano principal de la primera cinta—, no
sólo es el mismo actor (Hugh Keays-Byrne)—eso estuvo muy bueno—sino que a pesar
de que lo vimos morir en la primera película (le pasó un tráiler por encima),
todo puede pasar en la cabeza de su creador George Miller: llegó a pensar en Jim
Goose (Steve Bisley)—policía y el mejor amigo de Max, quien queda totalmente
quemado y agonizante por un ataque de uno de los pandilleros en Mad Max—como Humungus (Kjell Nilsson),
el villano principal de Mad Max Road
Warrior, quien tiene heridas de quemaduras y usa un arma de la policía.
George Miller, además, nos
entrega otro personaje querible a la saga de Mad Max, un personaje fuerte,
valiente y arriesgado, ahora del género femenino: Imperator Furiosa interpretado
por la gran actriz Charlize Theron; a tal grado de que su presencia es tan
fuerte que casi se come la película y le ha valido una posible película, spin off. Y es que en Mad Max Fury Road todo es por y para la
mujer. Si en la segunda parte Max ayuda a un comunidad a escapar del desierto y
de los guerreros de la carretera; en la segunda ayuda a un grupo de niños,
ahora ayuda a un conjunto de mujeres a huir de Immortan Joe que las usa sólo
como máquina de hacer bebés. Como todo gira en relación a ellas, George Miller tuvo cuidado en mostrarlas con respecto,
fuertes y valientes—incluso se valió de asesoría femenista para conseguirlo—. Y
se podría decir que ya se veía venir puesto que aunque en las anteriores
entregas Miller planteó un universo principalmente masculino, insertó muestras
de fuerte carácter femenino como lo fue Warrior Woman (Virginia Hey) en Mad Max the road warrior, Aunty Entity (Tina
Turner), quien gobernaba Barertown y Savannah Nix (Helen Buday), la líder del
grupo de los infantes, en Mad Max
Thunderdome.
Mad Max Fury Road no es decepcionante, tiene de todo, y gusta a
ambos géneros. Disfruté cada segundo de la cinta y rompe reglas para con los
mundos post-apocalípticos. Si en anteriores películas—no sólo las suyas sino de
distintos directores del género—el uso del color más bien es sombrío y
deprimente, aquí Miller pinta la fotografía con colores extremos, azules,
naranja, amarillos, rojos brillantes lo que le da un carácter estético no sólo
preciosista sino diferente a lo que estamos acostumbrados. El arte, los
peinados, el vestuario, de igual manera lo estiliza—sin que con ello deje de
ser funcional para con los personajes y su medio ambiente—y provoca un agrado
visual para con el espectador. Se ve encantadoramente agresivo.
Ahora bien, quizá tiene algunos
ligeras inconsistencias para con el universo Max, como lo es la importancia de
la gasolina que se acentuó en la segunda cinta. Recordemos que la gasolina era
el jugo preciado por el cual se matan todos. Había que cuidarla a cada momento
(era la principal por la cual los guerreros asediaban la comunidad que vivía en
una fuente petrolera). Cuando se topaban con un vehículo tirado lo primero que
hacían era revisar el tanque de la gasolina. Cuando había un accidente se
detenían los carros y había que sacarle el jugo al auto antes de que explotara.
Etcétera. Para la tercera cinta los autos ya no tenían gasolina, ya eran
arrastrados por camellos, caballos o esclavos. Los restos de civilización se
habían perdido y con ello, la gasolina. Aquí en Mad Max Fury Road, todo mundo tiene gasolina a toneladas, sin que
hubiera una explicación fehaciente de dónde la sacaron. A tal grado de que se
usaba para todo, para fuegos artificiales en los autos, para regalar, o incluso
en las guitarras eléctricas. Nunca hubo miedo de que se les acabara la gasolina
como lo fue en la segunda parte. Pero qué diablos, la película es divertida.
Y es que George Miller hace
cambios para que se adapten no a su universo, sino a la película en cuestión.
Recordemos que de Mad Max Fury Road
se dijo anteriormente que era una secuela oficial, que se trabajó desde inicios
de siglo y que la iba a protagonizar Mel Gibson, pero al hallar problemas para
encontrar la locación perfecta, agenda de Mel Gibson y asuntos económicos se
fue alargando su producción hasta que decidieron entre los dos que Gibson ya
era demasiado grande para el personaje y tuvieron que cambiar de reparto
otorgándole las llaves del V8 a Tom Hardy con la bendición de Mel. George
Miller ahora afirma que no si bien es secuela, también es una especie de
reinicio. Cambia las reglas y no la sitúa en una cronología específica con
respecto a las anteriores cintas; pero ¿cuándo lo hizo? La verdad es que
ninguna de las tres películas preliminares tiene relación directa entre sí. Son
historias independientes que bien puede tener continuación exacta, bien podría
ser que no. Un ejemplo es que Mad Max
Road Warrior se escribió el guión como una historia completamente
independiente y diferente de Mad Max,
con otro personaje y otro universo distinto. Ya en pre-producción se les
ocurrió situarlo en el universo Max y les gustó la idea, de ahí la narración
introductoria y la similitud del uniforme. Pero el estilo es diferente y el
mundo en el que viven también lo es. George Miller hace cambios necesarios para
el drama de la película, si tienen relación exacta con las anteriores bien,
sino también. No por eso dejan de ser buenas cintas.
Por otro lado, lo único que
podría decir que no estoy de acuerdo es en la escena inicial, en la persecución
y atrape de los villanos hacia Max. Me hubiera gustado que fuera más larga con
contratiempos, algunos muertos y con acción. Lo cazan muy rápido. Pienso esto
no sólo para mi deleite personal sino para resaltar la personalidad de Max—el
punto conocido en la curva dramática como “presentación del personaje”—. Si
bien es cierto que para estas alturas, con tres películas en su haber, Max no
necesita presentación, también es cierto que la última cinta Mad Max Thunderdome fue realizada en
1985, hace 30 años. Las nuevas generaciones no han visto las cintas porque no
son precisamente las que pasan muy seguido por la televisión, y quizá necesiten
más información sobre él para aprender a quererlo como hacemos los que crecimos
con las cintas de Mel Gibson.
En conclusión, Mad Max Fury Road es una buena cinta que
no me ha decepcionado y más bien me hizo disfrutar cada segundo. Me dejó con
ganas de más y ahora que leí que Tom Hardy tiene contrato para tres películas
más de Max Mad y que viene el Spin off,
como ya mencioné de Furiosa, me dejaron volando de emoción y estoy esperando
con ansias la próxima.
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